Los medios de comunicación y las élites políticas en América Latina

 

 

En el momento histórico que atraviesa el Ecuador y a pocos días de las elecciones presidenciales, el Grupo de Investigación sobre niñez, adolescencia y juventud (CINAJ) de la UPS, en coordinación con la carrera de EIB y en colaboración con la Facultad de Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), y los grupos de trabajo «Juventudes e infancias: políticas, culturas, memorias y construcción de paz» y «Comunicación, política y ciudadanía» del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, generaron un espacio de reflexión sobre la articulación entre la comunicación, la política y emancipación de países de la región. El evento se realizó con el fin de ofrecer elementos de análisis para el reconocimiento de las alianzas entre los medios masivos de comunicación y las élites políticas económicas de América Latina.

El Auditorio Monseñor Cándido Rada acogió a la reconocida investigadora argentina Florencia Saintout Ph.D., decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNPL, quien habló de la comunicación y su relación con los poderes dominantes desde mediados del siglo XX.

Divide este proceso en cuatro momentos; el primero la colonización y epistemicidio, donde las élites buscan dejar a Latinoamérica sin sus saberes, creando odio y vergüenza de los mismos. Arraigando la idea de que nuestros países, no son países serios, idea la difundida en los medios de comunicación empresariales del siglo XX.

 
En contraposición surgen periódicos sindicales, medio de comunicación alternativa, que muestran que la información puede ser construida desde otro lugar, que no hay una sola verdad, sino, otra comunicación en América Latina. Un proyecto político de emancipación, para busca dar cuenta de historias olvidadas, revalorizando el conflicto, donde 8 personas tienen el 90% de las riquezas del mundo.

El segundo momento ve el reforzamiento de la persecución y la tortura de las derechas locales y globales que trabajan a favor de la dominación y saqueo de cada uno de sus países. Como en los años 70 y 80 y las dictaduras del Cono Sur: golpes de estado, gobiernos antipopulares, persecución de movimientos de igualdad. Aquí los medios de comunicación van a adquirir un poder infernal, que permiten el horror y amasan las posibilidades de dolor, como en el caso de los 30.000 jóvenes desaparecidos en Argentina.

 
El tercer momento versa en la asociación de los medios de comunicación y neoliberalismo, que asientan la idea del triunfo del capital. Ya no hay una sociedad, solo hay individuos que deben cuidar de sí mismos, son «odiadores profesionales», como afirma la Dra. Saintout. Aquí los medios de comunicación pudieron estigmatizar a los sectores que luchan y enfrentan a los poderes, perfeccionando los sistemas de censura y ocultamiento; operando a partir del miedo, con la pedagogía de la crueldad que expone la antropóloga argentina Rita Segato.

El cuarto momento aparece de manera inesperada y es el cruce de siglos que iban hilando luchas nuevas y renace la historia en el nombre de algunos gobiernos y presidentes. Los llamados gobiernos populares de toda la región plantean la redistribución de riqueza, memoria, verdad y justicia, la unión latinoamericana con políticas efectivas. Se caracterizan por ganar en las elecciones, plantean la democracia, generan leyes y políticas públicas, ponen en discusión a los medios de comunicación, mostrando que el periodismo no es sagrado. Estos presidentes ponen en discusión la idea de la verdad, la de una verdad plural, abigarrada, donde el estado debe dar voz a aquellas que han sido calladas.

La Dra. Saintout finaliza con una frase del Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, quien expone: «Tocan tiempos difíciles, pero para un revolucionario los tiempos difíciles son su aire. De eso vivimos, de los tiempos difíciles, de eso nos alimentamos, de los tiempos difíciles. ¿Acaso no venimos de abajo, acaso no somos los perseguidos, los torturados, los marginados, de los tiempos neoliberales? (…) Para eso es un revolucionario. Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida, ese es nuestro destino.»

 
Por otra parte Andrea De Santis, docente y editor web de la UPS, comenta sobre el rol de los medios de comunicación dentro de la vida política de un país, en particular en las campañas electorales. «Latinoamérica sigue viviendo una dependencia ideológica, política, comunicativa del norte, que intenta hacer fuerte su influencia, sin embargo la región comenzó a moverse de forma diferente en la última época, con gobiernos que empezaron a normar y legislar la comunicación, con malas o buenas han llegado a garantizar en algunos contextos equidad y pluralidad en el acceso y producción de la información».

Mira como las redes sociales permiten llevar un discurso simbólico, segmentan el mensaje a ciertos grupos que antes eran muy difíciles de alcanzar. Las redes sociales no están dentro de alguna ley de comunicación por lo que pueden convertirse en una herramienta para atacar o promocionar la imagen de un candidato, siendo «la pantalla, la plataforma de la escenificación del poder y de la celebración del ritual de la representación», acotó.

 
De igual manera René Unda, habla sobre la perversión de una sociedad mass-mediatizada y sobre las subversiones que allí operan con respecto de los medios como campos de batalla privilegiados de la contienda política. Plantea la pregunta ¿qué significa la configuración de élites en sociedades desiguales? «Si no historizamos los medios de comunicación, no podemos comprender y explicar cómo estos alcanzan tal grado de centralidad en la vida social y en la configuración de nuevas subjetividades. Situar históricamente el papel de los medios de comunicación en la dinámica política latinoamericana significa identificar los intereses, demandas y expectativas de actores diferenciados y en disputa por la implantación de sentidos que organicen las prácticas sociales», agregó Unda.

 

 

 

 

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